
Al fin y al cabo es una forma de disfrazarse.
La media de guapura de la Peña es más bien alta, si encima nos ponemos unos trapitos, unos fulares, unas pajaritas, unas corbatas o nada vamos a impresionar al mundo.

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El astuto de Persei, invitó ayer por la noche a todo el Estado Mayor de las fuerzas portuguesas con el general Joao da Nova y el brigadier Nuno Alves de Cabral al frente a cenar en el restaurante Mamá Torrelia de Viladerei en señal de agradecimiento por su liberación. Les agasajó con un menú típicamente portugués a base de una suculenta freijoada, bacalhau á portuguesa y naco de vitela trasmontana. A los postres sirvieron un leite creme torrado.
No faltaron los vinos del Douro y del Dao, de tal forma que los mandos portuguese a punto de rematar la cena ya no eran capaces de sostenerse en pie.
Persei a los brindis, puesto en pie, mostró su agradecimiento por lo bien que resultó su liberación y la profesionalidad de las tropas lusas. !Pero oh...sorpresa!. Cuando más embelesados y borrachos estaban los lusos, Persei aprovechó para decirles:"Y ahora queridos amigos, una vez que me fuísteis de utilidad, os voy a poner de patitas en la calle". "No os quiero más en el Couto y vais a retornar por la brava a vuestro pais sin más miramientos".
Dicho esto, por la puerta del reservado donde cenaban, entró el Comandante Siro al mando de una docena de Mercenarios de Verín, fieles a Persei, armados hasta los dientes. Una vez dentro amordazaron y ataron de manos a los mandos portugueses para conducirles a un autobús que les esperaba a las puertas del restaurante.
Escoltados por los Mercenarios, el convoy tomó dirección Vinhais y una vez que atravesó la frontera "descargó" a todo el contingente de la Plana Mayor en un "lameiro" donde durmieron la borrachera hasta la mañana siguiente.
Cuando la tropa lusa acuartelada en el Couto, ya sin mandos, supo la noticia le faltó tiempo para ponerse en desbandada a cruzar la frontera y abandonar el pequeño Estado raiano.
Persei entró triunfante en A Vilavella escoltado por los Mercenarios fieles al mando del Comandante Siro, e inmediatamente se reunió con su sobrino Kamubi para convocar un pleno extraordinario del VAREMO a fin de adoptar las medidas oportunas para el restablecimiento del orden imperial del Viejo Régimen y ordenar la búsca y captura de todos los implicados en la "asonada" de A Vilavella.
Sabemos que Pepucho y Xobino lograron escapar y pedir asilo en Mingarabeiza, pero de ello así como de la represión y purgas que Persei pretende llevar a cabo daremos cumplida cuenta en otra entrega.