domingo, 18 de mayo de 2008

MI GATO MARCIANO


Mi cumpleaños es el 1 de marzo, ya falta poco. Cuando pienso en él me viene a la cabeza lo que ocurrió, hace casi un año, ese mismo día. Mi abuela siempre me manda por correo mi regalo de cumpleaños. Pero aquel día era distinto. Pensaba ``como me iría a sorprender esta vez´´ mientras hacía el camino con mi hermana hasta el colegio. La espera se me hacía interminable. Durante el recreo se lo comenté a mis amigos y ellos me felicitaron por mi aniversario. Volví a casa muy entusiasmado, sabiendo que un obsequio me estaba esperando. Abrí la puerta de casa y vi una grotesca caja de color marrón oscuro con un letrero que ponía ``frágil´´. Lo abrí rápidamente y, ¿cuál fue mi sorpresa?, un gato de color castaño con unas pequeñas manchas verdes que no parecían reales. Estuve jugando con él todo el día, a la vez que pensaba su nombre. Se me ocurrieron algunos ingeniosos como ``Manchitas´´ pero no eran los adecuados. Le pregunté a mi madre y me dijo que le pusiera ``Charly´´ pero me parecía muy cursi. Le di vueltas y vueltas hasta que se me ocurrió, Marcial. Pasaron semanas, hasta que una noche, se me ocurrió pasear con Marcial, ya que el calor era intenso. Era Luna llena y, ya avanzados en el paseo, Marcial se puso muy nervioso y no paraba de brincar y corretear por las solitarias calles de la ciudad. Rompió la correa de forma sobrenatural y escapó hacia un almacén abierto. Corrí tras él pero no pude alcanzarlo. Entré en el almacén. Su interior estaba lleno de objetos fabricados con criptonita. Observé como se comportaba. Su tamaño había aumentado de manera considerable y su actitud era destructora. Llegué a temer por mi vida. Comprendí que mi gato no era normal, pensé que podía haber sido una mutación genética. Mi asombro fue tal que eché a correr. Estaba tan nervioso que tropecé con una caja. Cayó y se abrió, derramando un líquido verde que parecía criptonita. Torcí un tobillo y no me pude levantar. La bestia corría hacia mi y sus intenciones no eran nada buenas. Gané tiempo porque resbaló sobre el líquido verde. Corría con dificultad. No se si fue la criptonita o el cansancio pero se tranquilizó y lo llevé a casa. Mi sorpresa fue que al entrar en casa se convirtió en una persona de otro planeta, que se camuflaba para no ser descubierto. Mi familia lo acogió y desde aquel día durmió en mi habitación.

Manu

2 comentarios:

Anónimo dijo...

dios mio este blog es como el xabardas hay de todo, me mola.
coque

Anónimo dijo...

La encontr� en la calle tendida
y llor� de hambre
Charly
Temblorosa y perdida
casi sin vida
se sinti� sola y vencida.

Sus chillidos sordos
sin aliento ni fuerza
en sus alas abiertas
pobre Charly
Yo le di nido nuevo
esperanza
y calor entre mis dedos.

Tuviste suerte
al cruzarte en mi camino
yo te salv� de tu destino
Oh Charly