martes, 17 de junio de 2025

HEREDERO SIN CORONA



 Crónica confidencial del VAREMO (Órgano Consultivo del Couto Mixto Esparrexedor) 

Por un escribano exiliado en Chaguazoso 
 
En el alto balcón del Consistorio de A Vilavella, donde las banderas ondean al viento y los megáfonos gritan consejos contradictorios, reina un hombre de pelo en forma de nube y sonrisa tipo Pedro Sánchez: Kamubi, sobrino (y parcialmente reconocido) del temido Sei Persei, Gran Chapendá del Couto Mixto y responsable directo de la desaparición de catorce emisarios y un podólogo. Kamubi, conocido en los círculos diplomáticos como “el domador de tapires”, es el encargado oficial de alimentarlos en el famoso Pozo del Tapir Hambriento, donde se imparten los castigos ejemplares.
Él les da manzanas, discursos motivacionales y, a veces, traidores bien aderezados. Pero Kamubi no es solo un encantador de bestias semipolíticas. 
En el seno del VAREMO —apodados Los Halcones por razones que ya nadie recuerda—, Kamubi representa el progresismo anti régimen: cree en el sufragio proporcional mixto, en la despenalización de la empanada sin relleno y en poner nombres normales a los decretos. 

La Conjura de los Halcones: 

La élite conservadora del VAREMO, liderada por Xobino Tinto, el párroco de A Farria y Samaritha Sping disfrazado de palmera, urdió una serie de triquiñuelas para que Kamubi perdiera el favor de su tío. 
 
A saber: 

 1. Escondieron los tapires en la Franja de Gaza. 
 2. Enviaron a Sei Persei una carta falsa de Kamubi pidiendo transformar el Pozo del Tapir en un balneario de fangoterapia. 
 3. Hicieron correr el rumor de que Kamubi desayuna cereales con leche antes de los rezos de los miércoles, acto considerado herejía gastronómica. 
 
Sei Persei, confuso, mandó traer a Kamubi a su salón. 
Pero al verlo llegar con su sonrisa radiante, sus gafas de sol con filtro ideológico y una camiseta donde ponía “London is England”, se ablandó. 
 —Tú no quieres el trono, ¿verdad, Kamubi? —dijo Persei.
 —No, tío. Yo solo quiero que los tapires coman tres veces al día y que reine el amor a tu divina persona. 

 Desde aquel día, Kamubi fue elevado en la línea sucesoria (por encima de Adelaida Persei) y destinado a labores de mediación con animales políticos y reales. 
Sei Persei retomó los castigos. 
Y el Pozo… recuperó su apetito habitual


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