sábado, 15 de noviembre de 2008


El valor de la amistad: exaltación y gratitud.


No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y buscarlas junto a ti.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites, estaré allí.

No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tu triunfo y tus éxitos no son míos. Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.

No juzgo las decisiones que tomas en la vida. Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.

No puedo impedir que te alejes de mí. Pero si puedo desearte lo mejor y esperar a que vuelvas.

No puedo trazarte límites dentro de los cuales debas actuar, pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.

No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parte el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser. Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.

Tú has dado valor a mi vida... has tocado un espacio de mi corazón.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

mmm...además del despiporre, salió la exaltación de la amistad...me alegro mucho!!

Anónimo dijo...

ja....ja....
A veces hayb que ponerse serios porque el dossier de fotos que estoy preparando es de coiña.... Fue todo muy surrealista incluso las camareras que bailaban muy bien la muiñeira. Chispi estuvo genial cantando canciones de los Chunguitos y el regalo "horroroso y rococó" le toco a Ito: ta verás las fotos del regalo.
UN BESO

Anónimo dijo...

PIPI: Desde estas lineas el agradeceimiento de un defensor a ultranza de la "exlatación de la amistad" a la organización del evento. Creo que la nueva dirección le dió colorido, y dolor de ... a alguno a la "xuntanza", la decoración sobriedad y los regalos categoría. No obtante si es admisible una sugerencia, diría que las cartas son un obstaculo en la citada exlatación y el que no tenga conversación y no sepa cantar o bailar que "non veña". DITO

Anónimo dijo...

El sentimiento y ternura de la exaltación de la amistad aquí leida solo puede ser interpretada en los momentos en que el autor se vió literalmente DESPEÑADO por Peares abajo, tras la increible e inimaginable puesta en escena de nuestro Alonso de Hannover tambien conocido por Jesús Quepesadilla.