
Salvaje, exótico y peligroso como sus giros, el derviche es el símbolo de la velocidad, la rapidez y el desenfreno.
Sus movimientos parecen ser tan aleatorios como elegantes, como cuando bailamos nuestro famoso "punta-tacón".
Aleluya representa la esperanza y la alegría.
La esperanza de que la Peña confirme una trayectoria espiral e indefinida por los siglos de los siglos (o por lo menos que dure un par de centurias!) y por otra la alegría del que siguiendo un rito iniciático no escrito ni calculado flotemos en un aurea de felicidad indescriptible y apabullante como un derviche depués de su agotadora danza giratoria.
Se acerca el día en el que viajaremos a la tierra de promisión, desgraciadamente gobernada por el tirano Sei-Persei, pero llevaremos una bocanada de libertad a sus gentes que se unirán, seguro, a nuestros cánticos.
1 comentario:
PIPI:
O QUE FAI O RIOJA.
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